Tras Alredeor de tu clara sombra, poemario que se colgará en su día en la página principal de este blog y de cuya aparición ya se dio cuenta en estas pagina de Novedades, me permito copiar un par de composiciones inéditas que puede que lleguen a formar parte de un hipotético futuro libro.
I
Entro en ti como en una iluminada cueva,
cuando se arquean las horas y sus sangrantes péndulos,
mientras alrededor la noche cae
como silente látigo
y las muy nauseabundas arañas del insomnio
bordan el cañamazo de la culpa,
entro entonces en ti,
al remanso ese, a ese fondeadero
que se oculta en tus hondos trasconfines,
me aferro a él como un náufrago que sintiera en los dedos
la sagrada almadía de tu cuerpo,
entro en ti para ver cómo se cimbra,
hasta estallar en su peana de luz,
tu dulce llaga saturnal
y para ver, amor, cómo se ofrece,
en el cálido cuenco de los sueños,
la temblorosa flor de tu magnificencia.
II
Arenas injuriosas del pasado,
cómo volvéis a mí,
como vuelve, incansable, en sus ansias y liza,
esa herrumbre tenaz y cochambrosa
que marca los torcidos
perdederos y atajos de la vida.
Este sinsabor mísero
del día y sus rutinas,
del tedio persistente como una despiadada
acre devastación,
y la conciencia, cierta e inequívoca,
de no poder ya desandar ni un ápice
del fogonazo rápido del tiempo,
tener que conformarse a esta maldita
condenación, a este imposible
de vivir de otro modo lo que antaño vivía.
