miércoles, 19 de junio de 2013

DE POESÍA DE HOY





 

QUIEN LO PROBÓ LO SABE. 36 poetas para el tercer milenio. Estudio y selección de Luis Bagué Quílez y Susana Rodríguez-Rosique. Institución Fernando el católico. Zaragoza 2012.

        Bastante hastío y sensación de dejà vu es lo que le embarga a uno tras la lectura de esta antología, otra más --y son bastantes las que se publican cada año---que pretende dar cuenta u ofrecer un panorama de la última o más actual lírica española. En primer lugar, y salvo algunas pocas excepciones, que acaso puedan llegar a una docena escasa de los casi doscientos  textos incluídos en la presente compilación (a unos cinco piezas por cada uno de los 36 autores del título), estos poemas  están escritos en un español ignaro y balbuciente, cuando no plagado de modismos y tópicos de la jerga de los adolescentes, acribillado de anglicismos gratuitos, y por si fuera esto poco todavía, con múltiples adherencias del tam-tam o ronrroneo expresivo de los medios, de los lugares comunes de la sociología espontánea y de la crítica política más obvia y banal. La cosa llega a veces al extremo de la ceguera absoluta para con la lengua viva. ¿desde cuándo se ha dicho en español "tomaron un pequeño apartamento "---p.92---o" quien llama es igual a un latido--p.101--?
       Y en segundo, no hay el menor atisbo de cuidado para con la imagen---que sencillamente en muchísimos casos no aparece por ningún lado---ni para con el ritmo y artificio del verso y los juegos con la sintaxis, para no hablar de la versificación, porque aquí ya se sabe: esto está urdido mayormente en verso libre, esto es, en prosa disfrazada (y en algún caso sin disfrazar) como decía el otro, o sometida simplemente a un artificio tipográfico. A lo que se llega a veces ---y eso en verdad ya es algo--- es al ripio  del rap : "Me gusta Otis Redding, qué fraseo./ Te gusta Otis Redding, qué meneo"---p. 81--- ,o al instantáneo fogonazo de la proclama política : GLOSA A CELAYA. "La poesía / es un arma/ cargada de futuro/ Y el futuro/ es del Banco/ de Santander" ---p.75--- que al menos tiene cierta gracia en su desgarro y que además dice verdad ( y no sabe quizá su autor hasta qué punto), pero que obviamente no es un poema. En cuanto a los asuntos, que al fin y al cabo es lo que menos importa en sí mismo, toda vez que indisociables y coextensivos de lo que siempre se llamó forma, lo que predomina es la vagorosidad digamos metafísica o divagatoria para no decir nada, la nota de aspecto costumbrista o social ---un poco al modo de los poemas de study of manners de la tradición anglosajona, aunque sin su a menudo sabia impostación de la voz poética ni background irónico---, y, como es lógico, todo lo que sobreabunda en cualquier poesía moderna desde los románticos: los gritos o aullidos de soledad y desamparo, las cuitas de amor o los absurdos existenciales.
     Ya empecé diciendo que, para ser justos, hay---pocas--- excepciones: alguna dignidad tienen los endecasílabos y heptasílabos blancos de Aurora Luque, de Lorenzo Olivan ---dos de los versificadores de esta antología de los que había ya leído algo-- y de algún otro, o el descarnado desgarro de Roger Wolfe o de Pablo García Casado.
     Una nota acerca del prólogo (de los Materiales complementarios que cierran el libro, preparados por Susana Rodríguez pp. 219-248--es mejor prescindir de un plumazo, sin más): la lectura de sus treinta páginas se me ha hecho fatigosa y un tanto irritante por cuanto constituye un desmesurado precipitado de huera palabrería pedante, con abundante remisión en cita a pie de página a otros estudios, que para más inri y como suele ser demasiado habitual, no se refiere para nada a los textos mismos. Se habla allí, entre otras cosas, de "realismo (en) singular  (Luis García Montero)", que no sé qué es ni el autor se molesta en explicarlo, o de "amortización de los metarrelatos explicativos" , que nos deja igualmente a oscuras, o incluso, en lo que es ya un glorioso alarde, de "una écfrasis intersticial" ,  al parecer categoría o invento de un señor Matín-Astudillo en un estudio reciente--- La mirada elíptica--- sobre la materia. Es una especie de intento de repertorio o tabula clasificatoria en donde parece que lo que importa es etiquetar con palabros cuanto más vacuos y rimbombantes mejor,  amén de un embutido de afirmaciones, a modo de proclamas teóricas,  para mí al menos difícilmente inteligibles: "La sombra de la Red reproduce una lógica hipertextual según la cual el discurso es un generador de conexiones e hipervínculos" --p.35---o, con otro ejemplo, uno no entiende para qué se dirá o qué coños quiere decirse cuando, hablando de un tendencia de escuela o grupo , se dice de ella que incide en la naturaleza cultural del hecho creativo ---p. 29--Pero bueno, ¿no es de por sí cultural todo hecho creativo? A qué seguir.
     Para acabar: amoscado y con cierta curiosidad, inquirí en la red por ver  algo de lo que se había  escrito sobre la presente antología. Poca cosa: una reseña en su blog ---y otras de parecido tenor en los correspondientes--- del reputado crítico Manuel Rico, que se limita a apelar a la teoría orteguiana de las generaciones, afirma que la poesía española de hoy traduce la desazón y el desencanto de nuestra sociedad ---qué diamantina lucidez---y se limita por último a nombrar en serie, por riguroso orden de aparición, a los artistas, quise decir los poetas antologados, no sin lamentar que se no se incluyera también a otros cuantos (puestos a pensar mal, sin duda amiguetes suyos)  sin tampoco una sola palabra que se refiera a los textos.
     En fin, uno se se siente tentado a pensar, aunque ya comprendo que es demasiado facilón, que si este es el nivel y la situación de la poesía española más joven  ---los antologados han nacido entre 1962 y 1985--- lo que refleja no es ninguna desazón sino el estado mismo del país. Con razón se habla tanto del deterioro de la Marca España.